Seguidores

quarta-feira, 23 de setembro de 2009

Apertura en la pantalla chica




Apertura en la pantalla chica
22-Sep-2009
Backstage
Juan Carlos Cuellar*

Es un hecho que la programación actual en la televisión abierta tenía que evolucionar. La sociedad mexicana se lo exigía y para intentar seguir con adeptos no se podía quedar atrás. Usted me preguntará, ¿a qué viene todo esto? La razón es que además de los protagonistas, villanos, la pareja joven, los personajes de soporte, etcétera, se han agregado otros elementos importantes en las telenovelas: las parejas gays que han proliferado en las tramas.

Sin importar horarios o elencos, se han mostrado historias apegadas a la realidad, en donde se han cuidado todos los detalles para no caer en exageraciones. El resultado ha sido la aceptación entre el público de todas las edades y condiciones sociales, de este tema que por muchos años fue tratado con pinzas. Con esto también se ha buscado que las tramas le lleguen a otro tipo de público, a aquel que normalmente no sigue las telenovelas, y por lo mismo se ha utilizado como una herramienta más en aras de buscar mayor audiencia.

El ejemplo más claro se da en la telenovela Los éxitosos Pérez, en la que Jaime Camil interpreta a un hombre que mantiene una tierna relación con el personaje al que le da vida José Ron. La producción encabezada por José Alberto Castro ha manejado este amor como el que sucede en una pareja normal, tal y como debe de ser, por lo que no han existido críticas al respecto y al contrario sí ha gustado.

Otro caso reciente es el que se da en la telenovela Hasta que el dinero nos separe, con la recreación que hace Julio Vega, de un hombre mayor que se convierte en el confidente de las jovencitas. Aunque en esta historia se maneja el tono de comedia, también se ha cuidado de no ridiculizar las preferencias sexuales de nadie.

En Sortilegio también se dio una relación pasional entre dos personajes que iniciaron como villanos, pero que la atracción entre ellos se convirtió en una parte importante de la historia: Julián Gil y Marcelo Córdoba. Incluso en este caso, se mostraron escenas de los dos envueltos en sábanas, acostados, después de una relación íntima.

Recientemente hubo algunos casos en los cuales se mostraron a seres humanos sensibles y que tuvieron influencia con lo sucedido a los personajes centrales, más allá de sus preferencias sexuales.

Cómo olvidar al abuelo interpretado por Rafael Inclán en la telenovela Alma de Hierro, que se casa al final de la historia con el papel de Luis Gatica, o al tío de Las tontas no van al cielo que realizó ManuelFlaco Ibáñez.

Hay un común denominador. Los actores han afirmado que al realizar estos papeles no han querido ofender a nadie y que los han interpretado con todo el respeto posible.

En cine se había hecho antes, pero ahora se marca una apertura en la pantalla chica que bien vale la pena aplaudir, aunque en el fondo de las cosas, el tema sea utilizado por ganar algunos puntitos más de rating.

juan.cuellar@nuevoexcelsior.com.mx

Gracias a marplamil del club univisión.

http://www.jaimecamil.com.br/

Nenhum comentário:

Postar um comentário