quarta-feira, 30 de dezembro de 2009
LOS EXITOSOS PEREZ MEZCLA DE TALENTOS
El mundo de las telenovelas y series latinoamericanas combina lo mejor de sus países para ofrecer una sola premisa a sus televidentes: calidad de exportación
LOS EXITOSOS PEREZ MEZCLA DE TALENTOS
El mundo de las telenovelas y series latinoamericanas combina lo mejor de sus países para ofrecer una sola premisa a sus televidentes: calidad de exportación
Mientras exista una buena historia qué contar y talento que la sustente, lo demás puede pasar a segundo plano. Qué importa si se trata de una idea argentina, con actores mexicanos y producción colombiana.
El mundo de las telenovelas y las series latinoamericanas mezclan a diestra y siniestra conceptos con una sola intención: ofrecer una mejor opción al televidente con éxito ya probado.
Esa es la idea de algunos productores mexicanos, quienes, además, están conscientes que para entrar al mercado de la globalización es necesario “ponerse las pilas”.
Hasta que el dinero nos separe, Alma de Hierro, Los simuladores y Los exitosos Pérez son parte de los melodramas que han sido adaptados de Sudamérica a la idiosincracia mexicana.
Para Pedro Torres, productor de la versión mexicana Mujeres asesinas, original de Argentina, los guiones no tiene nacionalidad y todo es cuestión de bueno o malo.
“Eso de decir: ‘Es extranjero o mexicano’, no es lo correcto, va más allá. Como decía Marshall McLuhan ‘somos una aldea global’ y lo que está pasando aquí está pasando simultáneamente en el resto del mundo. Todos estamos afectados por lo que pasa en cada ciudad.
“No tengo ningún problema que el origen de la idea venga de donde sea. Lo importante es que la audiencia tenga buenas historias. Somos una sociedad global, democrática, interactiva, con un medio de comunicación que lo que está pasando aquí está viéndose en China hoy en día. Creo que somos más cosmopolitas o globales de lo que pensamos”, aseguró.
A su vez, Karina Derisi, productora y directora del canal Fashion TV, aseguró que lejos de perjudicar, la globalización es de suma relevancia para el espectador que finalmente es el más beneficiado con esta fusión de opciones.
“Se me hace grandioso porque da cuenta que el formato cruza fronteras, es decir, el mismo concepto se puede replicar en otro país con sus personajes, actores y actrices. Para mí es positivo para ambos mercados, para el productor que generó ese formato y que lo puede vender y para el país que lo compra y lo reinventa con sus talentos”.
“Es un intercambio con toda la región, siempre que sean propuestas buenas para que la gente tenga opciones para elegir, es bienvenido para un televidente”, subrayó.
Mexicanizar los programas, realities o series de otros países ha hecho que el público nacional tenga más opciones en la televisión, aunque también significa un riesgo, o por lo menos así fue para Emilio Larrosa, productor de Hasta que el dinero nos separe, remake de la versión colombiana Hasta que la plata nos separe, de Fernando Gaitán.
“Por supuesto ha sido un reto grande porque no sabíamos si el público aceptaría la historia y a los personajes. La adaptación la hago yo y busco que tenga que ver con México y creo que eso es lo que ha gustado, porque habla de nuestras familias, con situaciones que conocemos y vivimos todos los días.
“Mientras la historia es buena, no importa de donde sea, la situación es hacer lo mejor para el público”, comentó.
Para Rosy Ocampo, productora de Las tontas no van al cielo, historia mexicana que ya tiene su versión china, lo primordial es impulsar el talento de los escritores nacionales para que puedan competir internacionalmente.
“Creo que cuando hay talento no importa de dónde sea, aunque en mi caso pretendo que las historias salgan de aquí para el mundo y hemos logrado imponer la pauta en lugares tan lejanos y diferentes al nuestro con un proyecto que se generó aquí, eso me enorgullece mucho. Con esto damos un paso fuerte y firme en la globalización que ahora es parte de nuestra vida”, dijo.
Roberto Gómez Fernández también encontró en Alma de Hierro (Son de Fierro, original de Argentina), una manera de cautivar al público sin causarle ningún resquemor al no usar una historia de escritores mexicanos.
“La idea es siempre satisfacer al público, darle lo mejor y las historias que se recrean una y otra vez tiene su origen en diversas partes del mundo.
“Ahora estamos conectados con todos y es mucho más fácil ver lo que está haciendo uno y otro y tomar lo que funciona, no veo que esto sea malo, eso sí, eso nos obliga a que lo que generemos de origen sea muy bueno para que sea tomado en otros lados, pero estamos dentro de la jugada”, comentó.
Series como Capadocia, historia que gira en torno a una cárcel de mujeres y que es producida por HBO y Argos, es una muestra que México tiene la capacidad de hacer productos exportables y competir por premios internacionales como fue el caso del Emmy, en su pasada entrega.
En su momento, Bruce L. Paisner, presidente y director de la Academia de las Artes y Ciencias de la Televisión, dijo que las tres nominaciones de Capadocia reflejan la tendencia cada vez mayor hacia una televisión de mejor calidad.
Por su parte, Epigmenio Ibarra productor de esta serie, aseguró que para que un proyecto tenga impacto en todo el orbe no sólo se trata de divertir.
“La televisión no es sólo para escaparse, sino para ver el drama y denunciar lo que no está bien en cualquier sociedad”, comentó.
De igual forma, cuando el elenco sale a trabajar a otros países como a Colombia con la serie Tiempo final, o a Argentina, donde se graba la telenovela Los exitosos Pérez, versión mexicana de Los exitosos Pells, les da a los actores la oportunidad de experimentar otras formas de organización.
“Trabajar en Argentina es muy diferente que en México. De entrada los horarios son otros y en este país son muy cuidadosos con la jornada laboral, por eso te queda tiempo para hacer otras cosas.
“Es padre trabajar en otro país y convivir con compañeros de otras nacionalidades, otros panoramas, y te ven en otros lados, abriéndote las puertas en otros mercados, definitivamente para el actor es muy bueno”, aseguró Jaime Camil, quien da vida a Martín Pérez.
Además de Capadocia, Kdabra es ejemplo de una serie que reúne el talento de varios países, como el director colombiano Felipe Martínez (Tiempo final y Bluff), guiones de los argentinos Andrés Gelós y Martín Preusche, elenco en su mayoría mexicano (Christopher von Uckerman, Damián Alcázar, Maya Zapata, Joaquín Cosío y Diana García) y filmada en Colombia.
Mientras exista una buena historia qué contar y talento que la sustente, lo demás puede pasar a segundo plano. Qué importa si se trata de una idea argentina, con actores mexicanos y producción colombiana.
El mundo de las telenovelas y las series latinoamericanas mezclan a diestra y siniestra conceptos con una sola intención: ofrecer una mejor opción al televidente con éxito ya probado.
Esa es la idea de algunos productores mexicanos, quienes, además, están conscientes que para entrar al mercado de la globalización es necesario “ponerse las pilas”.
Hasta que el dinero nos separe, Alma de Hierro, Los simuladores y Los exitosos Pérez son parte de los melodramas que han sido adaptados de Sudamérica a la idiosincracia mexicana.
Para Pedro Torres, productor de la versión mexicana Mujeres asesinas, original de Argentina, los guiones no tiene nacionalidad y todo es cuestión de bueno o malo.
“Eso de decir: ‘Es extranjero o mexicano’, no es lo correcto, va más allá. Como decía Marshall McLuhan ‘somos una aldea global’ y lo que está pasando aquí está pasando simultáneamente en el resto del mundo. Todos estamos afectados por lo que pasa en cada ciudad.
“No tengo ningún problema que el origen de la idea venga de donde sea. Lo importante es que la audiencia tenga buenas historias. Somos una sociedad global, democrática, interactiva, con un medio de comunicación que lo que está pasando aquí está viéndose en China hoy en día. Creo que somos más cosmopolitas o globales de lo que pensamos”, aseguró.
A su vez, Karina Derisi, productora y directora del canal Fashion TV, aseguró que lejos de perjudicar, la globalización es de suma relevancia para el espectador que finalmente es el más beneficiado con esta fusión de opciones.
“Se me hace grandioso porque da cuenta que el formato cruza fronteras, es decir, el mismo concepto se puede replicar en otro país con sus personajes, actores y actrices. Para mí es positivo para ambos mercados, para el productor que generó ese formato y que lo puede vender y para el país que lo compra y lo reinventa con sus talentos”.
“Es un intercambio con toda la región, siempre que sean propuestas buenas para que la gente tenga opciones para elegir, es bienvenido para un televidente”, subrayó.
Mexicanizar los programas, realities o series de otros países ha hecho que el público nacional tenga más opciones en la televisión, aunque también significa un riesgo, o por lo menos así fue para Emilio Larrosa, productor de Hasta que el dinero nos separe, remake de la versión colombiana Hasta que la plata nos separe, de Fernando Gaitán.
“Por supuesto ha sido un reto grande porque no sabíamos si el público aceptaría la historia y a los personajes. La adaptación la hago yo y busco que tenga que ver con México y creo que eso es lo que ha gustado, porque habla de nuestras familias, con situaciones que conocemos y vivimos todos los días.
“Mientras la historia es buena, no importa de donde sea, la situación es hacer lo mejor para el público”, comentó.
Para Rosy Ocampo, productora de Las tontas no van al cielo, historia mexicana que ya tiene su versión china, lo primordial es impulsar el talento de los escritores nacionales para que puedan competir internacionalmente.
“Creo que cuando hay talento no importa de dónde sea, aunque en mi caso pretendo que las historias salgan de aquí para el mundo y hemos logrado imponer la pauta en lugares tan lejanos y diferentes al nuestro con un proyecto que se generó aquí, eso me enorgullece mucho. Con esto damos un paso fuerte y firme en la globalización que ahora es parte de nuestra vida”, dijo.
Roberto Gómez Fernández también encontró en Alma de Hierro (Son de Fierro, original de Argentina), una manera de cautivar al público sin causarle ningún resquemor al no usar una historia de escritores mexicanos.
“La idea es siempre satisfacer al público, darle lo mejor y las historias que se recrean una y otra vez tiene su origen en diversas partes del mundo.
“Ahora estamos conectados con todos y es mucho más fácil ver lo que está haciendo uno y otro y tomar lo que funciona, no veo que esto sea malo, eso sí, eso nos obliga a que lo que generemos de origen sea muy bueno para que sea tomado en otros lados, pero estamos dentro de la jugada”, comentó.
Series como Capadocia, historia que gira en torno a una cárcel de mujeres y que es producida por HBO y Argos, es una muestra que México tiene la capacidad de hacer productos exportables y competir por premios internacionales como fue el caso del Emmy, en su pasada entrega.
En su momento, Bruce L. Paisner, presidente y director de la Academia de las Artes y Ciencias de la Televisión, dijo que las tres nominaciones de Capadocia reflejan la tendencia cada vez mayor hacia una televisión de mejor calidad.
Por su parte, Epigmenio Ibarra productor de esta serie, aseguró que para que un proyecto tenga impacto en todo el orbe no sólo se trata de divertir.
“La televisión no es sólo para escaparse, sino para ver el drama y denunciar lo que no está bien en cualquier sociedad”, comentó.
De igual forma, cuando el elenco sale a trabajar a otros países como a Colombia con la serie Tiempo final, o a Argentina, donde se graba la telenovela Los exitosos Pérez, versión mexicana de Los exitosos Pells, les da a los actores la oportunidad de experimentar otras formas de organización.
“Trabajar en Argentina es muy diferente que en México. De entrada los horarios son otros y en este país son muy cuidadosos con la jornada laboral, por eso te queda tiempo para hacer otras cosas.
“Es padre trabajar en otro país y convivir con compañeros de otras nacionalidades, otros panoramas, y te ven en otros lados, abriéndote las puertas en otros mercados, definitivamente para el actor es muy bueno”, aseguró Jaime Camil, quien da vida a Martín Pérez.
Además de Capadocia, Kdabra es ejemplo de una serie que reúne el talento de varios países, como el director colombiano Felipe Martínez (Tiempo final y Bluff), guiones de los argentinos Andrés Gelós y Martín Preusche, elenco en su mayoría mexicano (Christopher von Uckerman, Damián Alcázar, Maya Zapata, Joaquín Cosío y Diana García) y filmada en Colombia.
http://www.jaimecamil.com.br/
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