¡No saben el susto de la semana pasada!
Por Heidi Balvanera | Viernes 10 de junio de 2011
Fui a cenar el sábado con unos amigos muy queridos y estaba contándoles una historia muy emocionada cuando de repente empecé a ver todo morado. Creo que estaba hablando tan rápido que no estaba respirando muy bien que digamos, pero mi hija no se tardó en recordarme que no puedo disponer de mi cuerpo como antes. Inmediatamente me llené de miedo pensando en el bienestar de mi bebé y después en automático entró mi instinto maternal.
Por supuesto no pasó a más, simplemente me tuve que sentar a respirar profundamente, me tomé una botella de agua con mucha azúcar y cené un plato de arroz con verduras, en 15 minutos me sentí mejor. Eso sí, ¡mis pobres amigos tuvieron cara de terror por el resto de la noche!
Todo cambia durante el embarazo, hasta lo más instintivo, como respirar…
Me parece increíble ese lazo que desde tan temprano se empieza a crear entre un bebé y su mamá. Nunca he tenido un sentimiento tan intenso como el que me llena ahora por mi hija y eso que todavía no nace, ¡imagínense!
Que sabias son las madres al decir que la experiencia de tener un hijo no se le compara a nada en el mundo, por fin lo empiezo a comprender…
¿Alguien se anima a invitarme a cenar?
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